Jesús les ordenó que no salieran de Jerusalén y esperaran allí la promesa del Padre, entonces recibirían poder para ser testigos. Así lo hicieron, fueron obedientes.
Sin embargo, hoy día algunos hacen todo lo contrario, sienten un llamado y se lanzan a la ligera sin esperad el respaldo de Dios; después viene el fracaso.
Hay que ser obedientes y saber esperar en oración el momento de Dios antes de empezar el ministerio.
Otra actitud digna de mencionar es su dedicación a la lectura de la Palabra y a la oración, alabando a Dios y dando buen testimonio. Ahora me pregunto ¿cuánto tiempo dedicamos nosotros a estas cosas? creo que menos del que deberíamos.
En la actualidad nos dedicamos a invertir horas y horas en las redes sociales, en las nuevas tecnologías y en todo aquello que nos reporta gran cantidad de entretenimiento y ocio. No estoy en contra de todo esto pero dediquémosle un tiempo razonable y equilibrado.
Mi consejo final es que si tenemos que ser adictos a algo, seámoslo a buscar la comunión diaria con Dios.
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