miércoles, 2 de septiembre de 2020

ÁNIMO PARA AFRONTAR LAS PRUEBAS.

 Santiago 1:2-11

No siempre es fácil tener gozo en las pruebas que llegan a nuestra vida. En realidad, la tendencia más común es quejarse por todo. Nuestros deseos, motivaciones y actos como cristianos contradicen con frecuencia a nuestra naturaleza como seres humanos, pero Dios quiere que seamos victoriosos en todas las pruebas y tentaciones que afrontamos a causa de nuestra fe en Cristo.

Santiago les dice a los cristianos que tengan sumo gozo cuando se hallen ante los problemas de la vida (v. 2). Pero ¿cómo pueden los cristianos tener gozo en medios de las pruebas? El gozo del creyente no depende de las circunstancias que le rodean, sino que viene de conocer a Jesucristo, el dador del verdadero gozo. Durante estos períodos difíciles, los cristianos podemos estar seguros de que estamos bajo el cuidado soberano de Dios y con Su gracia soportamos y superamos todas las pruebas.

Los cristianos podemos tener gozo en medio de nuestras pruebas, al considerar el beneficio espiritual que producen cada una de ellas. Las pruebas ayudan a desarrollar la fe y resultan en fortaleza y madurez espiritual para nuestras vidas. 

Dios tiene un propósito que quiere realizar en nosotros cuando nuestra fe es puesta a prueba. Estas pruebas son inevitables, pero sirven para desarrollar nuestro carácter, una bendición permanente de la que podemos disfrutar a pesar de nuestras luchas diarias. Los tiempos difíciles vienen y se van, pero nuestro carácter nos ayuda a definirnos como seguidores de Cristo.

Entre las cualidades específicas que el Señor quiere formar en nosotros se encuentran la perseverancia y la paciencia (v. 3). La palabra paciencia incluye el concepto de permanecer firme bajo una pesada carga. El cristiano se fortalece y es más paciente cuando soporta las pruebas. Y nuestra paciencia en las pruebas da por resultado que seamos perfectos cabales (v. 4). Con esta frase, Santiago dio a entender que mediante nuestra paciencia en las pruebas obtenemos la madurez espiritual que no obtendríamos si no pasáramos por las pruebas de nuestra vida.

En medio de las pruebas, necesitamos sabiduría para saber cómo reaccionar. Pero Dios no nos ha dejado sin ayuda. Santiago exhortó a los creyentes a buscar la sabiduría de Dios al pasar por las pruebas de la vida (v. 5). Esta sabiduría implica el tomar decisiones piadosas y vivir conforme a los preceptos bíblicos. Dios comprende nuestras circunstancias y nos dará sabiduría si se la pedimos y no reprenderá a quienes se la pidan. Dios se deleita en dar buenos dones a sus hijos.

Cuando pedimos sabiduría, debemos pedir con fe sin dudar (v. 6). Santiago dijo que el que duda es semejante a una ola agitada por el viento. Tal incrédulo no recibirá la respuesta a su petición (v. 7). Además, la duda denota doble ánimo e inconstancia (v. 8). Una parte de nosotros ejerce fe en Dios mientras que otra clama con incredulidad. En realidad, toda nuestra vida se caracterizará por esa inconstancia.

Las pruebas de la vida no están limitadas a la posición social ni a la riqueza individual. Tanto los ricos como los pobres afrontan pruebas (vv. 9-11). No puede el dinero aliviar todas las dificultades de la vida. Todos los creyentes deben comprender esto: Dios valora por igual a todos sus hijos, sin importarle nuestra situación económica y social en la vida, y se mantiene obrando en cada uno de nosotros supliendo nuestras necesidades.