sábado, 29 de enero de 2011

ACEPTANDO AL PRÓJIMO

A lo largo de nuestra vida hay multitud de ocasiones en las que irremediablemente nos tenemos que confrontar con personas que no son de nuestro agrado. Por un motivo u otro procuramos mantenernos alejados de ellas, criticando su mala actitud e intentando justificar con nuestras propias palabras lo que hacemos, pensando que llevamos toda la razón.

Nunca nos paramos a pensar que tal vez seamos nosotros los equivocados y rechazamos plenamente a esa persona sin considerar las cualidades positivas que puede tener, destruimos su testimonio sin pensar en las cosas buenas que podría aportar a nuestra vida.

Jesús dijo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” por lo que entendemos que si no nos gusta que hablen mal de nosotros nos deberíamos hablar mal de los demás. Esta es una regla muy sencilla de comprender pero muy difícil de llevar a la práctica.

En todas nuestras congregaciones estamos pidiendo continuamente un avivamiento pero éste no llegará hasta que no cumplamos sinceramente este mandamiento. Es vital aceptar al prójimo con todas sus debilidades e imperfecciones, mirar lo positivo que hay en su vida y ayudarle en todo lo que necesite, mostrándole amor y haciéndole a él lo que nos gustaría que hicieran con nosotros.

Nadie es perfecto, nadie es imperfecto, aun así todos somos hijos de Dios porque hemos creído en su Nombre y tenemos un mismo Padre que nos ama a todos por igual.

viernes, 7 de enero de 2011

QUITAD LOS DIOSES AJENOS

Queridos amigos:
El pasado domingo escuché una predicación y hoy quiero compartirla con vosotros, destacando sobretodo los versículos de 1 Samuel 7:3-4. En esta ocasión Samuel le dice al pueblo de Israel que si de todo corazón se vuelven al Señor, quitan los dioses ajenos de entre ellos y se preparan para servirle sólo a él, Dios los librará de las manos de los filisteos.
En un principio pensé que este tema no iba conmigo puesto que yo entiendo que no tengo dioses salvo uno, el Señor. ¡Qué equivocado estaba! Ahora que me he dado cuenta os lo explico.
Siempre he participado de una u otra manera en las diferentes fiestas religiosas y sociales que se desarrollan a lo largo de todo el año: Carnaval, San Valentín, San Juan, Feria, Navidad, … procurando no caer en el consumismo y dándoles un toque familiar, sin pensar realmente en sus orígenes y lo que tras ellos se esconde.
Mi sorpresa ha sido grande cuando después de haber leído e investigado sobre este tema he podido apreciar que en todas ellas existe un origen pagano y hoy día están ocultas tras un velo de religiosidad, esto se debe a que en la expansión del cristianismo durante la Edad Media la iglesia cristianizó los ritos paganos para ganar adeptos.
Sobre estas festividades ya profundizaré más en otra ocasión. Ahora sigamos con el tema que nos ocupa: la promesa de Dios de ayudar al pueblo de Israel y librarlos de los enemigos.
En el versículo 4 ya podemos apreciar que el pueblo fue obediente pues quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron solo a Dios. A continuación vemos en los versículos siguientes que se reunieron en Mizpa, se quebrantaron derramando agua delante del Señor y ayunando. Mientras tanto Samuel ofrecía sacrificio y oraba por ellos para que fuesen guardados de las manos de los filisteos.
Cuando éstos llegaron para pelear se oyó un gran estruendo que los atemorizó y fueron vencidos. En aquel lugar se colocó una piedra y se le puso por nombre Eben-ezer: “Hasta aquí nos ayudó el Señor”. Así fueron sometidos los filisteos y no volvieron a entrar más en el territorio de Israel.