jueves, 15 de noviembre de 2012

LA INTERCESIÓN EN LA VIDA DE PABLO.

El apóstol Pablo siempre ha sido un buen ejemplo a imitar en muchos aspectos de su vida y ministerio. En el mensaje de hoy quiero hacer hincapié en sus oraciones por los creyentes de las iglesias a las que fueron dirigidas sus epístolas, resaltando su interés y preocupación para que la obra de Dios siguiera creciendo en santidad y amor.
Cuando escribe a todos los que están en Roma, primeramente da gracias a Dios mediante Jesucristo con respecto a todos ellos, de que su fe se divulga por todo el mundo (Ro 1:8-10). Les enseña que el Espíritu Santo nos ayuda a orar de acuerdo con la voluntad de Dios e intercede por nosotros con gemidos indecibles. También Jesucristo intercede por nosotros (Ro 8:23-27,34). Pablo ora por la unidad de la iglesia y que Dios les llene de gozo y paz, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo; a la misma vez, él pide oración para que sea librado de los rebeldes que están en Judea y que la ofrenda de su servicio a los santos de Jerusalén sea acepta (Ro 15:5,13,30).
En las cartas a los Corintios, Pablo y los hermanos de Jerusalén oraban por los hermanos de Corinto. Da gracias por los dones que el Espíritu había dado a la iglesia e intercede por su santificación y perseverancia en la fe (1 Co 1:8). En la segunda epístola ora por el crecimiento espiritual de los hermanos de Corinto para que hagan lo bueno y sean fuertes (2 Co 13:7-9).
Escribiendo a los efesios, Pablo empieza con acción de gracias y ora que Dios les dé sabiduría espiritual para poder comprender las riquezas de su herencia en Cristo. Ora para que Cristo habite en ellos, a fin de ser capaces de comprender el amor de Cristo, y de ser llenos de toda la plenitud de Dios (Ef 1:16-23; 3:14-19). Pablo les dice que deben vestirse de la armadura de Dios, orando en todo tiempo con toda oración y súplica por todos los santos (Ef 6:18).
Estando en prisión, Pablo intercede con gozo por los filipenses, que su amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento y éstos interceden por la libertad de Pablo (Fil 1:4,9,19).
En la carta a los colosenses, Pablo da muestras evidentes de que oraba siempre por ellos, para que fuesen llenos del conocimiento de la voluntad de Dios y andaran "como es digno del Señor", fuertes gozosos, agradecidos (Col 1:3,9-14). La intercesión de Pablo por los colosenses y los de Laodicea (que nunca había visto) era la siguiente: que sean unidos en amor, consolados sus corazones, hasta conocer las riquezas de los tesoros de la sabiduría y conocimiento de Dios (Col 1:29-2:3). Más adelante, Pablo les pide oración para que el Señor abra puerta para la enseñanza de la Palabra (Col 4:2-3).
Finalmente, señalar que en las dos cartas a los tesalonicenses hay numerosas referencias a las oraciones de Pablo por los creyentes de aquella iglesia. El apóstol ora que abunde el amor entre ellos, que sean afirmados sus corazones, que sean irreprensibles en la santidad (1 Ts 3:10-13). En la segunda epístola que les envía, es Pablo el que les pide que oren para que la Palabra del Señor corra y sea glorificada, y que Dios lo libre de todo mal (2 Ts 3:1-3).
Ya he citado muchos versículos que reflejan la vida intercesora del apóstol Pablo, y aún podía seguir añadiendo algunos más. Mi deseo es que, todos los que estáis leyendo este mensaje, toméis cada uno de estos textos bíblicos como motivos de oración en la iglesia donde os reunís. Este estudio me ha ayudado a interceder con más eficacia por mis hermanos en la fe. Espero que tú, hayas sido bendecido al leerlo.

domingo, 11 de noviembre de 2012

EL GOZO DE PABLO.

¡Cada vez que Pablo se acordaba de los cristianos filipenses daba gracias a Dios por ellos! Y cada vez que daba gracias a Dios por ellos, era una oración de gozo (Filipenses 1:3-5). Sus recuerdos eran buenos; en consecuencia, sus oraciones eran experiencias muy gratas.
El gozo de la fe es un motivo más que suficiente para que Pablo deseara seguir viviendo, a pesar de las grandes adversidades con las que se iba tropezando en su vida. Recordemos que cuando Pablo escribió a los filipenses, no estaba componiendo su epístola en una cómoda oficina, ni sentado ante un bello jardín en el patio de su casa. Estaba preso en Roma y encadenado a un soldado. A lo largo de todo su ministerio, Pablo se tuvo que enfrentar a numerosos problemas.
No obstante, mientras pasaba por todos estos males, el apóstol se sentía rebosar del gozo de Cristo y así se lo quiso transmitir a los creyentes de la iglesia en Filipos. Les pidió que completaran el gozo que el tenía, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa (Filipenses 2:2).
Toda la epístola a los Filipenses está llena de expresiones de gozo que se hacen más notables si pensamos en las circunstancias que rodeaban a Pablo. Sin embargo, de esas tinieblas surge su resplandeciente y gozoso testimonio, que es al mismo tiempo una exhortación: "¡Yo me regocijo! ¡Regocijaos vosotros también!".
La dureza de las circunstancias de la vida no deben convertirnos en personas amargadas y cínicas, sino que nos han de fortalecer y, con una actitud positiva, esperar en Dios confiadamente. El gozo del Señor es nuestra fortaleza.
También tenemos que aprender el secreto del contentamiento en Cristo. En Él hallamos todo cuanto necesitamos; no necesitamos nada más. Entonces, el anhelo por las cosas desaparece, y comenzamos a sacar el mayor provecho posible de aquello que tenemos.
¡Que las ansiedades y preocupaciones de la vida no nos roben el gozo! Tenemos que entregárselas al Señor en oración y con acción de gracias. Una mente saludable y positiva nos ayudará a vivir una vida llena de gozo, que refleje claramente lo que Dios ha hecho en nosotros.
Es importante estar contentos y satisfechos con lo que tenemos, que no es otra cosa que lo que el Señor nos ha dado. Esto se convertirá en nuestra fuente secreta de gozo.
Finalmente, señalar que el ejemplo  más significativo de humildad, sometimiento y obediencia es el Señor Jesucristo, cuyo gozo es nuestra vida, nuestro ejemplo, nuestra meta y nuestra suficiencia. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"  FILIPENSES 4:13