miércoles, 7 de diciembre de 2016

¿QUÉ ESTOY HACIENDO EN NAVIDAD?

La Iglesia llena sus programas de actividades navideñas, comidas, cultos de Navidad, teatros, villancicos... para celebrar el nacimiento de Jesús, que vino al mundo... ¿pero es eso lo que realmente sucedió en estas fechas? Muchos somos los que sabemos que no es así, la pregunta es: ¿y una vez que lo sabemos, qué es lo que vamos a hacer?

Cada domingo hablamos de volver a la Iglesia Primitiva, aquella iglesia avivada con el poder del Espíritu Santo, donde Dios se manifestaba con milagros, sanidades... Entonces ¿qué hacían ellos con respecto a los cultos paganos?

Sabemos que los primeros cristianos eran perseguidos y acusados por no participar en las ceremonias públicas de adoración a dioses paganos. Tampoco entraban en el ejército, pues tendrían que hacer juramentos y ofrecer sacrificios al césar y a los dioses.

Una vez terminó la persecución a la iglesia, vino un peligro mayor: la protección por parte del estado. La Iglesia empezó a entrar en terreno político y no solo espiritual. Aún cuando hubo mayor libertad para predicar las buenas nuevas también los nuevos creyentes tuvieron libertad para seguir con todas las costumbres paganas que venían celebrando.

Es de esta manera que se decidió aumentar los "fieles" cristianizando las fiestas paganas. Siguiendo el dicho si no puedes con tu enemigo, únete a él. ¿Pero queremos seguir en ese camino que se marcó? Dios nos manda a alejarnos de las costumbres del mundo.

"como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir" 1 Pedro 1:14,15 RVR 1960

Sabemos que es lo que se esconde realmente detrás de todas estas celebraciones y sin embargo seguimos festejándolas con la excusa de interesar a nuestros amigos, familiares... pero esa no es la realidad, lo hacemos por nosotros mismos. Si realmente queremos impactar al mundo, no debemos ser como él.

En estos días fácilmente se puede escuchar en telediarios, leer en periódicos referencias a la navidad como fiestas saturnales, origen pagano... y da pie a rebatir nuestra manera de actuar como cristianos. Porque si sabemos que Jesús no nació un 25 de diciembre, que la Iglesia Primitiva no celebraba la natividad, y que su origen es el "lavado de cara" de una fiesta pagana ¿Por qué seguimos celebrándolo? ¿Realmente vivimos lo que predicamos? ¿Rechazamos la idolatría o la cubrimos?

"si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra" 2 Crónicas 7:14 RVR1960


El pecado entra poco a poco en la iglesia y llega el momento en el que dejamos de verlo como tal, y pasa a parecernos algo normal. Os animo a que busquéis a Dios con un corazón abierto, y le pidáis que hable a vuestras vidas sobre este tema.

sábado, 3 de diciembre de 2016

PARA RENDIRLE CULTO A DIOS.

El salmo 24 consta de tres partes: un breve himno o canto de alabanza al Dios creador (vv. 1-2); una instrucción sobre las cualidades requeridas para adorar en el Templo (vv. 3-6) y un poema que celebra la instalación del Arca del pacto en Jerusalén (vv. 7-10) o su regreso a la ciudad santa después de una campaña militar victoriosa.

3 ¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
4 El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.
5 El recibirá bendición de Jehová,
Y justicia del Dios de salvación.
6 Tal es la generación de los que le buscan,
De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah

En esta parte del salmo se instruye a los fieles sobre las condiciones éticas y morales necesarias para participar dignamente en el culto al Señor.
Los salmos aluden constantemente a Sión y a su Templo, y lo laman Monte de Jehovah y lugar santo porque el Señor lo ha elegido como habitación suya y, a la vez, simbolizan la comunión con Dios.
Respondiendo a las preguntas del versículo 3, en los siguientes versículos el salmista enumera las cualidades que debe tener el creyente para entrar en la presencia de Dios durante un culto.
Limpieza de manos. Limpias de pecado, de todo lo que ofende a Dios, de lo que hace daño al prójimo y de lo que contamina nuestra vida.
Pureza de corazón. La limpieza interior de un corazón sincero, hecho nuevo por la gracia mediante la fe, y conforme a la imagen y la voluntad de Dios. “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8). Los de limpio corazón, es decir, los que son sinceros, sin malicia ni doblez en su actitud para con Dios y con el prójimo.
¿Cómo puede uno ser puro y limpio en su interior? El salmista, en el Salmo 51, pide que Dios lo limpie y le cree un corazón puro; en el NT, bajo en nuevo Pacto, Dios hace al creyente una nueva criatura: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosa viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17) y provee la identificación con Cristo en su muerte y resurrección.
No haber alzado su alma a cosas vanas. Alzar el alma equivale a dirigir el afecto hacia algo; en este caso, hacia lo vano, lo vacío e inconsistente. Esta expresión designa primordialmente los ídolos (Jeremías 18:15), pero también puede significar lo efímero de la vida humana.
No haber jurado con engaño. El creyente debe ser caracterizado por la honestidad y la honradez.
Los que así buscan a Dios, recibirán toda clase de bendiciones del Señor y, en especial, la verdadera justicia. Aquí justicia se acerca al sentido neotestamentario de justificación (Salmo 132:9, 16). Justificados, pues, por la fe tenemos paz para con Dios y alcanzamos la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1).
Resume el salmista diciendo (v. 6): “Tal es la generación de los que le buscan”. Subir al Monte de Jehová requiere un esfuerzo especial en buscar a Dios. Hemos de poner toda diligencia en buscar el rostro de Dios, como Jacob (Génesis 32:30), es decir, en lucha con Dios, hasta prevalecer.
Hemos de buscar la comunión con Dios y estas son características de tales personas.