La Palabra de Dios nos manda a alejarnos de toda clase de ídolos y a no aprender el camino de las naciones porque las costumbres de los pueblos son vanidad (Jeremías 10:2-3). Recordemos el pacto que Dios estableció con nosotros y no volvamos nuestra mirada a los "baales" porque Dios es celoso (Deuteronomio 4:23-24). En este libro bíblico encontramos numerosas referencias que nos enseñan que para recibir todas las bendiciones de Dios y alcanzar sus promesas debemos apartarnos de todo aquello que los pueblos idólatras y paganos nos ofrezcan.
Muchos creyentes podrían decir: ¡No pasa nada, el Señor está conmigo!; pero también en la Biblia podemos leer "Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica" (1 Corintios 10:23).
Son muchas las fiestas y celebraciones arraigadas a nuestra cultura tras las que se esconden costumbres de origen pagano e intenciones idólatras, ¿vamos a seguir participando en ellas sabiendo que no agradan al Señor?. Yo y mi casa NO.